martes, 8 de junio de 2010

CAMPOS DE CASTILLA Y PUEBLO, 1982. Colección José Luis Martínez. Madrid.


1 comentario:

  1. No he visto ojos más cambiantes que los tuyos, ni pinceles que lo toquen todo!
    Hoy contemplo un pueblo impresionista que podría ser manchego, con su tedio, su soledad, su tarde de siega que quiere amenazar tormenta, y que, pese a ser pequeño y de juguete como un nacimiento, no puede protegerte de las desgracias de la vida, que pueden asaltarte en mitad de la era, una tarde como otras tantas, en que la vista pasea los vericuetos domésticos de sobra conocidos, sin atisbar el golpe certero y dramático de tarde de toros.
    Cuantas generaciones, cuantas horas, cuantos proyectos, cuantos desengaños, cuantas siestas, cuantos amaneceres negros de hielo y miedo, cuantas noches amables de verano, cuantas puestas de sol con las que ya se recreaba la abuela, demasiados recuerdos, y el asombro de que lo que se vió construir ayer, hoy ya no es nuevo, y tiene el mismo verdín que va oxidando el alma.
    Y uno se identifica con ese entorno, que es el escenario de una vida que pretendemos tediosa, sin conseguir jamás que lo sea. En todos los rinconcitos se esconde el destino, cruel y desconocido.
    Gracias por dejarme abrir mi espita en tu campo de Castilla!

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