Éste fue el segundo cuadro pintado por mí cuando acababa de cumplir los 15 años (en agosto de 1966). Aunque es un tanto ingenuo técnicamente hablando, la composición en el comedor de nuestra casa en la
Ermita de San Cristóbal de Vilanova i la Geltrú no deja de ser ambiciosa y evocadora de
Las Meninas de Velázquez. Es un cuadro que tiene un gran encanto familiar y de feliz recuerdo vilanovino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario