sábado, 13 de febrero de 2010

TERRADOS. (Vilanova i la Geltrú), 1969. Colección Almudena Cuadros. Madrid.

Pese a ser uno de los primeros que pinté, este cuadro, pintado en la terraza del taller de la calle del Tigre nº 17 de Vilanova i la Geltrú del único maestro de la pintura que yo he tenido -el gran Salvador Masana- es uno de los 10 cuadros que yo salvaría de mi milenaria producción. Si algún día hubiese sido valorada mi pintura, ésta sin duda sería una de mis obras de mayor envergadura. No sé porqué este cuadro siempre me trae el recuerdo, salvando las distancias, de Cézanne. Y estoy seguro que a mi abuelo Eugenio d'Ors le hubiera hecho feliz, al igual que siempre fue uno de los más queridos por mi padre. Al terminar de pintar este cuadro, se lo enseñé a mi padre y éste dijo: Si has sido capaz de pintar este cuadro tan bello, estoy seguro de que tú llegarás a ser un gran pintor. Lamentablemente, y cuarenta años después, comprobamos que se equivocó.

1 comentario:

  1. Tu padre no se equivocó en lo más mínimo.
    Tus cuadros son muy personales, evocadores y distintos.
    Pueden transmitir tristeza profunda o radiante voluptuosidad.
    Son tu saludo de cada día. Me he acostumbrado a ellos como a abrir las ventanitas del Adventskalender de la infancia tan próxima y lejana.
    Cuando quisiste vender alguno se los mandé a Teresa Posada, compañera del colegio y conservadora en el Prado, y le encantaron. Yo, por dejada, me he quedado con la pena de no tener ninguno.
    Así que no plañas y sigue pintando el mundo con tus colores, que me gustan explosivos.

    ResponderEliminar