Cuando veo la reproducción de este cuadro, se produce en mi alma una nostalgia grande por algo vivido ya lejanamente y por la pérdida de una propiedad tan arraigada en nuestra familia, tan "nuestra", como lo era la Ermita de San Cristóbal en Vilanova i la Geltrú. Al margen del aspecto sentimental y documental, lo que me interesó de este tema es la sinfonía matérica de grises, ocres, sienas, pardos, verdosos, azulados y blanquecinos del motivo.
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